Los #Contadores #Godínez y el asunto de la certificación profesional.
Empezaré por referirme a lo que yo y muchos otros entendemos por el calificativo de “Godínez”, que los jóvenes de hoy, tanto se refieren y que pareciera que aluden a un personaje salido de un cuento de ficción, o peor aún a una serie televisiva:
Es aquella persona que trabaja en una oficina o área administrativa de alguna empresa de manera subordinada, que tiene ciertos patrones de comportamiento muy específicos, es rutinario, ya sea en el ámbito laboral, social, comparte las mismas zonas de trabajo, persona que vive sin presiones, sin ambiciones, no tiene en mente emprender algún proyecto de manera independiente que le vaya a ser desgastante tanto física, emocional y financieramente; en conclusión no pasa nada con él, solo vive al día a día, viendo como otros de su misma generación logran colocarse en mejores empresas, visitan los mejores antros, visten las mejores marcas de ropa o de zapatos.
En la anterior definición encuadran muchos contadores públicos, que salieron de las escuelas superiores o facultades de contaduría y lograron enrolarse ya sea en una mediana empresa o en algún despacho contable con cierto prestigio profesional, se adaptan a las nuevas necesidades sociales, un nuevo grupo de compañeros; y se olvidan completamente que la carrera de contador público implica estar al día con nuevas disposiciones fiscales y normativas propias de la profesión, nunca han tenido el mínimo interés en pertenecer a un colegio o asociación profesional, porque no lo ven como área de oportunidad de estar a la vanguardia en conocimientos o conocer un nuevo círculo social, tienen la idea totalmente errónea de que eso de la colegiación y sobre todo lo relativo a la certificación profesional, es exclusivo para aquellos contadores que se van a dedicar al área de la auditoría de estados financieros: por lo tanto “a mí no me aplica” no debo gastar en asuntos innecesarios o no obligatorios.
Desde hace más de setenta años, en que fue promulgada la Ley Reglamentaria del artículo 5 Constitucional (mal llamada ley de profesiones) vigente, siempre se ha pensado de manera equivocada que no vale la pena la colegiación, las estadísticas lo demuestran, a la fecha existen aproximadamente poco más de 500,000 contadores públicos titulados que cuentan con su respectiva cédula profesional; pero la triste realidad es que tan solo los colegiados en todos los organismos existentes en México, apenas y rebasan la cantidad de 25,000 contadores públicos colegiados aproximadamente… Sí, tan solo el 5% del total de contadores públicos titulados, lo que hace suponer que existen en consecuencia una gran cantidad de contadores que laboran en empresas o despachos y que con el tiempo se van volviendo obsoletos en el campo de los conocimientos de ahí que reitero logran encuadrar en la definición de Contadores “Godínez”, porque están plenamente confiados que esto de la certificación profesional nunca los alcanzara y mucho menos el tener que certificar de forma periódica sus conocimientos en el campo de la contaduría.
Desafortunadamente para estos multicitados contadores, la realidad al parecer será otra, en breve tiempo, existe en la Cámara de Senadores, del H. Congreso de la Unión, un proyecto de una “Nueva Ley de Profesiones”, que el Grupo Parlamentario del PRI y otros partidos, han estado impulsando, estudiando y recibiendo opiniones de organismos profesionales para convertirla en ley, claro tomando en consideración todo el proceso legislativo aplicable, de aprobarse tal cual fue presentado el proyecto, destacaríamos la propuesta presentada a consideración de la comisión legislativa del senado, una medida en particular que señala que es necesario dar plena respuesta a los diversos organismos internacionales del que México es parte integrante, contar con una ley de profesiones que vaya a la vanguardia y que sea competitiva en igualdad de oportunidades y de circunstancias con los diversos países miembros.
Por ello sea hace necesario conocer que en ciertas profesiones consideradas como relevantes y que tienen que ver en el ámbito de la salud y el patrimonio de los ciudadanos mexicanos y extranjeros radicados en nuestro país, se vaya a exigir la certificación profesional obligatoria, a saber: Arquitectura, Ingeniería, derecho, medicina y contaduría.
En estas cinco ramas del conocimiento propuestas para que aquellos que las desempeñen sean profesionales certificados, se están discutiendo los mecanismos que se implementarán y en ese sentido tarde o temprano dicho proyecto de ley se convertirá en una Ley de carácter obligatoria, para todos esas carreras y en particular para los contadores públicos con título profesional sin importar el campo de trabajo en que se desempeñe; seguramente habrá conflictos entre los organismos profesionales y las autoridades que vigilan el ejercicio profesional por querer tener dentro de sus facultades, el poder de avocarse a todo lo relativo a la certificación profesional.
Salta la duda si los acá mal llamados “Godínez” conocerán mínimamente lo que puede llegar a suceder con su actual estatus de confort, o trataran de fingir como lo señala ese viejo adagio “El que nada sabe, nada teme”.
Viene también la interrogante, que harán todas esas empresas o despachos contables contratistas, les habrá de importar con qué tipo de profesional cuentan o bien con tal de seguir pagando bajos sueldos, no les afectara si la fuerza laboral está o no actualizada y a la vanguardia en las tecnologías de la información…
Seguirás como hasta hoy siendo un Contador “Godínez”…? o tomarás cartas en el asunto para ser un profesional de la contaduría pública exitoso.
Estimado colega la solución está en tus manos…
C.P.C CARLOS SANDOVAL
SFAI MEXICO
Estimado CPC Carlos Sandoval:
Interesante su reflexión sobre la Certificación, sin embargo, le manifiesto mis observaciones al respecto:
1.- Efectivamente la Certificación eliminará a muchos Pseudo-Contadores que demerítan nuestra profesión y nivel de honorarios ante los clientes.
2.- En mi experiencia el CCPM fue «el club de Tobi» pagando membresías desde estudiante, cuotas, recertificaciones, cursos para puntos de EPC, pero muy cerrados a recibir nuevas personas, ideas, formas de trabajo. En resumen no recibí nada a cambio. Algunas empresas pagarán por el «Bloff» de ser Colegiado, sin embargo la pequeña y mediana empresa paga por los resultados obtenidos del desempeño de mis contadores, contabilidad a tiempo, cálculos de impuestos correctos y en tiempo, Edos. Financieros correctos para todos los efectos legales, independientemente si están certificados.
3.- Con la tecnología en internet, mis conocimientos los mantengo actualizados a traves de ésta: estudio diario e interacción en blogs con otros colegas, incluso a nivel internacional. No tengo que pagar dinero para demostrar mis conocimientos, mis clientes lo reconocen y recomiendan. Como debe ser en un mercado libre. (oferta vs. demanda)
4.- Sugiero que los Cuerpos Colegiados deberían de normarse en iniciar causa penal, civil y fiscal, contra todos aquellos agremiados que incurran en corrupción, falta de ética, maquillaje de Edos. Financieros y que «vendían» a modo los Dictámenes del IMSS y del SAT. En mi experiencia, ví cómo Socios de Despachos de todos niveles «negociaron» de cuanto sería sus «honorarios» por modificar los Dictámenes a favor de Contribuyente. Y cuando el SAT auditó al Contribuyente, «las omisiones detectadas no eran parte de sus pruebas aleatorias». Por eso eliminaron el Dictamen Fiscal.
5.- Mi Despacho tiene como Pilar, el aceptar solo clientes que deseen llevar sus asuntos de manera honesta, legal y con base a las normatividades actuales. En mi experiencia, la facilidad para encontrar estos clientes es baja, pero mi reconocimiento es alto y me llegan este tipo de clientes. He tenido que decir «NO» a clientes multimillonarios que deseaban contabilidades «a modo» .
6.- Usted habla en su exposición de los Contadores «empleados», donde es claro que si quieren seguir de empleados es una elección personal, propia de cada ser, no veo la razón para «obligarlos» a que dejen de serlo en pro de un «status» profesional. Coincido con usted en elevar nuestro «status» de los que sí tenemos una responsabilidad de Fé Pública en nuestra firma personal mediante una Certificación.
7.- Si lo establecen como una normatividad más, el ser Colegiado, con gusto la acataré y repercutiré a mis Clientes los costos que esta nueva obligatoriedad conlleve.
Mis mejores deseos y grandes Saludos.
L.C. José de Jesús Guerrero Jiménez.